Yo rescato, tu acoges, ellos se salvan

La fórmula es sencilla. Solo tres factores y el éxito está garantizado.  Entonces, por qué es tan difícil para asociaciones protectoras de animales como HUELLARANDA conseguir las tan necesarias  Casas de Acogida?
Si tuviéramos que resumir en pocas palabras cuál es la labor de una Casa de Acogida no hay duda : Salvar una vida.
Decidir ser Casa de Acogida es un gran gesto de generosidad ya que implica abrir tu hogar a un animal que no conoces, con necesidad de cuidados, atenciones y cariño. Los hogares de acogida son la salvación para muchos animales que han sido rescatados y se encuentran en circunstancias especialmente vulnerables (cachorros lactantes, huérfanos, enfermos, convalecientes, ancianos, animales en riesgo de sacrificio, …) y que necesitan recuperarse física y/o emocionalmente hasta que encuentran una familia definitiva.
Para desarrollar esta labor las casas siempre contarán con el apoyo de la Asociación, que se encargará de asesorar sobre el animal más adecuado al que poder ayudar teniendo en cuenta su experiencia, tiempo disponible, estilo de vida,… Resolverá todas las dudas que vayan surgiendo durante la acogida y se responsabilizará de los gastos de manutención y asistencia veterinaria que precise el animal.  La casa de acogida “solo” tiene que poner sus cuidados y su cariño.
Las ventajas de ser hogar de acogida  repercuten en los tres factores de nuestra fórmula: a nivel personal, por la satisfacción de ver como gracias a tu colaboración un animal se recupera y recobra la confianza; para el animal, que disfrutará de las atenciones y el cariño de una familia; y para la Asociación, que contando con mayor número de casas de acogida tendrá   más posibilidades de salvar otras vidas.
El momento de la separación. Quizás este sea el motivo por el que mucha gente no se anima a ser Casa de Acogida. La implicación emocional durante la acogida crea un vínculo muy especial con el animal y por eso despedirse no es fácil, pero debemos pensar que ese animal tiene una familia y es feliz gracias al gran trabajo que hemos realizado, y que el lugar que deja libre será una nueva oportunidad para otro animal que lo necesite.
La alegría y el orgullo de haber salvado una vida siempre superan al pellizco de tristeza por la despedida.

“Nadie puede hacerlo todo, pero todos podemos hacer algo”